Desde el lunes 21 de noviembre del presente en año
todo el Istmo Panameño se ha visto afectado por lo que inicio como una tormenta
tropical de nombre “OTTO” la cual se desarrolló en un fenómeno
atmosférico de gran envergadura. Al momento que redacto el presente artículo
aproximadamente las 1:56PM, el Señor Presidente de la República Juan Carlos
Varela, convoca a la prensa nacional para un comunicado a la Nación en donde el
Señor Presidente y su gabinete informa al País que se protejan toda vez, que
esperamos que está tormenta se convierta Huracán, no se mencionó la categoría
del Huracán, sin embargo el señor Director del SINAPROC, se dedicó a destacar
el trabajo de la fuerza de tarea conjunta, en el sentido que se estaba
desplegando todo el recurso de esa entidad del estado para brindar ayuda a las
personas afectadas.
En vista de
la situación de emergencia la cual confronta el país en la actualidad, me
parece que la respuesta de las entidades del estado fue tardío. Es decir, no
fueron proactivos en cuanto a la respuesta al pueblo, sino, reactivos, a la
amenaza. Toda vez, que la tecnología disponible en esta época 2016, permite que
se sepa con bastante antelación la proximidad de un fenómeno atmosférico de
este tipo, situación que se agrava porque en Panamá no se tiene una conciencia
verdadera sobre las mejores prácticas de mitigación de desastres. Sería bueno
ver que por lo menos 48 horas antes de que nos veamos frente al fenómeno, el
estado con su gabinete en pleno, dando instrucciones a la población de cómo
protegerse frente a la amenaza, y las formas efectivas de mitigar las posibles
afectaciones. Como ejemplo de la ineficiencia del estado frente a esta
emergencia, observamos con preocupación que no fue hasta las 7:35 am, del
martes 22 que la señora Ministra de Educación suspendió las clases a nivel
nacional, acción omisiva en sus deberes, la cual puso a todos los estudiantes
del país en peligro innecesario, porque efectivamente a esa hora ya la mayoría
de los estudiantes habían partido a sus respectivas escuelas, colegios, y
Universidades, es más, a esa hora muchos de ellos ya estaban en sus aulas de
clase. La acción OMISIVA de la Señora Ministra de Educación causó el cáos en
todo el territorio nacional, porque los padres de familia se mantenían en
incertidumbre con respecto al bienestar de los más pequeños de la casa, no
sabían si enviar de nuevo el busito, si pedir permiso del trabajo, en fin ¿Qué
hacer? Frente tanta ineficiencia.
Por otro lado, en el Río de UTIBE perdimos a un
joven panameño que fue arrastrado por una cabeza de agua, el Padre del joven al
tener conocimiento de la trágica noticia, sufre una afectación en su salud, y
es llevado por familiares al Hospital de la 24 de Diciembre para recibir ayuda
médica de emergencia a luz de su gran perdida, sin embargo, se le fue negada la
atención por no poder pagar la atención. Claramente los funcionarios de ese
hospital del estado no entienden que el País estaba sumido en una situación de “DESASTRES”,
y que parte de la respuesta de estado en estas situaciones es brindar ayuda de
emergencias a todos indistintamente del que pueda pagar o no. Es silo otro
ejemplo de la mala Administración de la Caja de Seguro Social.
Así las cosas
en el País, me permito recordarle tanto a la señora Ministra de Educación, como
también al señor Director General de la Caja de Seguro Social, y los otros
servidores públicos de mando y jurisdicción. Que, No existe misión más sublime
ni objetivo de mayor importancia, que la de proteger en primer lugar la vida,
de los ciudadanos del país; sus bienes y honra, es decir, precisamente por eso
se les eligió y así lo dicta la constitución Política de Panamá al disponer en
su artículo 17 que:
“Las
autoridades de la República están instituidas para proteger en
su vida, honra, y bienes a los
nacionales dondequiera se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su
jurisdicción; asegurar la efectividad de los derechos y deberes individuales y
sociales, y cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley…..” (Subrayado es
nuestro).
Ahora después que fallece un niño de forma trágica
al ser aplastado por un inmenso árbol que le cae encima cuando se dirigía a la
escuela; lugar donde debía estar protegido. Estas son las cosas horribles que
pasan cuando las autoridades en virtud de su propia omisión, no son proactivos
en cumplir con su deber, sino, que son reactivos. Al pueblo pues, solo le toca
llorar la tragedia que se pudo evitar.
Nos gustaría saber su opinión sobre el Huracán “OTTO”,
sus efectos, y el manejo que las autoridades del estado le dieron a la
situación de emergencia atmosférica que confrontó el país.